Los bebés aprenden mejor el lenguaje a través de la interacción con otras personas más que pasivamente a traves de un video o audio. Nuevos hallazgos por investigadores del Instituto del Aprendizaje y Ciencias del Cerebro (ILABS) de la Universidad de Washington demostró por primera vez que una conducta social precoz llamada cambio en la mirada (“gaze shifting”) esta ligada a la capacidad de los niños para aprender nuevos sonidos del lenguage. Los bebés de aproximadamente 10 meses de edad quienes presentaron esta conducta social cuando fueron expuestos a un nuevo lenguaje, mostraron un incremento en la respuesta cerebral que indica aprendizaje del lenguaje, de acuerdo al estudio que fue publicado en la revista Developmental Neuropsychology.
“Nuestro estudio provee evidencia de que la habilidad social de los niños juega un role clave en la decodificación del nuevo lenguaje,” dijo Patricia Kuhl, codirector de I-LABS. El cambio en la mirada, cuando un bebé hace contacto visual y luego mira el mismo objeto que la otra persona está mirando, es una de las habilidades más precoces que los bebés muestran.
“Estos momentos de atención visual compartida se desarrolla a medida que los bebés interactúan con sus padres, y ellos modifican el cerebro del bebé”, dijo el coautor Rechele Brooks, investigador en el I-LABS.En un reporte inicial, Brooks y sus colegas demostraron que el cambio en la mirada de los niños sirve como un bloque constructor para un lenguaje más sofisticado y habilidades sociales como la que presentan los niños de mayor edad.
“Debido a que el cambio en la mirada está relacionado a un vocabulario mayor en los preescolares, nosotros sospechamos que el movimiento ocular puede ser importante más precozmente cuando los bebés están aprendiendo los primeros sonidos de un nuevo lenguaje,” dijo Brooks.
En el experimento, bebés de 9.5 meses de padres que hablaban inglés fueron expuestos a un nuevo lenguaje. En un período de 4 semanas, los 17 niños interactuaron con un tutor durante 12 a 25 min por sesión, durante las cuales el tutor leía libros, conversaba y jugaba con juguetes mientras hablaba en español. Al inicio y al final de las 4 sesiones, los investigadores contaron la frecuencia con que los niños cambiaban la mirada entre el tutor y los juguetes que el tutor mostraba a los niños.
Después de las sesiones los investigadores evaluaron cuanto español habían aprendido los bebés, utilizando electroencefalografía para medir su respuesta cerebral a sonidos del inglés y del español. Los resultados mostraron que los bebés que mostraron mayores cambios en la mirada tuvieron las mayores respuestas cerebrales a los sonidos del español.
“Nuestros hallazgos muestran que el comportamiento social en los bebés contribuye a su propio aprendizaje del lenguaje- ellos no son sólo escuchadores pasivos del lenguaje”, dijo Brooks. “Ellos están prestando atención, y muestran que ellos están listos para aprender”. Este estudio fue realizado en base a un estudio anterior realizado por el equipo de Kuhl’s, en el cual los bebés de padres que hablaban inglés podían aprender Mandarín de sus tutores, pero no de video o audio, además de otros estudios sobre la importancia del movimiento ocular en el aprendizaje del lenguaje.
Los investigadores esperan que sus hallazgos ayuden a los padres, cuidadores y educadores a desarrollar estrategias en la enseñanza de los niños. “Los bebés aprenden mejor de las personas”, dijo Brooks. “Durante el juego su hijo está aprendiendo más de usted. Pasar el tiempo con su hijo importa. Mantener la relación, eso es lo que ayuda a que aprendan el lenguaje.”
(Fuente: SCIENCE DAILY, artículo publicado el 27 de agosto 2015)