Inmunoterapia en cáncer: El tratamiento del futuro

Impulsar artificialmente la respuesta inmunitaria del cuerpo contra el cáncer es el avance más emocionante en el tratamiento de tumores en el último par de años. Pero aún hay muchas preguntas sin respuesta antes de que alguien pueda cantar victoria en la guerra contra el cáncer, según dejaron en claro multitudinarias sesiones durante una reciente conferencia científica realizada en Nueva York. Entre estas preguntas figuran: ¿cuál es la mejor manera de poner en acción el sistema inmune?, ¿la inmunoterapia funcionará para todo tipo de personas con todos los tipos de cáncer o solo para unos pocos afortunados?, ¿hay una manera de hacer que los tratamientos sean menos peligrosos o menos caros?

Cual es el estado actual de las investigaciones

Lo primero que usted necesita saber acerca de los investigadores que estudian inmunoterapias para el cáncer es que cada uno de ellos al parecer tiene algunos pacientes que han respondido extraordinariamente bien. Steven Rosenberg, del Instituto Nacional del Cáncer, sin duda, se lleva el premio en esta categoría. En 1984 trató a una mujer llamada Linda Taylor, que tenía melanoma metastásico (un tipo agresivo de cáncer de piel con una tasa de supervivencia menor al 10 por ciento al cabo de diez años). Taylor fue el paciente número 81 que se sometió a la terapia debilitante y la primera en responder satisfactoriamente. Unos meses después sus tumores se desvanecieron y ella sigue viva y sana. Rosenberg —el orador principal en la conferencia— informó que su último régimen no es tan duro para los pacientes y resultó que 20 por ciento de ellos experimentó “una remisión completa y duradera”. Esos resultados son de esperarse para muchas de las terapias que se estudian ahora.

Lo segundo que usted necesita saber es que hay una razón por la cual el cuerpo trabaja tan duro para suprimir sus reacciones inmunes la mayoría del tiempo. El sistema inmune tiene armas tan poderosas en su arsenal que puede matarlo más rápido que lo que sea que le aqueje. Además,  algunas de las cosas que los médicos hacen para preparar al organismo para el tratamiento inmunológico son tan tóxicas como la quimioterapia y la radiación. (De hecho, por razones complejas, algunas inmunoterapias requieren una dosis de quimioterapia o radiación como primer paso). Como dice Rosenberg: “hemos tenido algunas muertes relacionadas con el tratamiento. Eso ha sido cierto en el campo, así como en nuestra propia experiencia”.

Sin embargo, con esas advertencias aleccionadoras en mente, no hay duda del creciente optimismo entre muchos investigadores del cáncer. Están empezando a entender cuándo es más importante eliminar el freno a la respuesta inmune del organismo, cuándo pisar el acelerador para que una reacción lenta se transforme en una a toda marcha –y cuándo se pueden hacer ambas cosas de manera segura–. Al tiempo que los investigadores estudian diferentes combinaciones de tratamientos y dosis, pueden ver mejoras en las tasas de respuesta y creer que están teniendo un mejor manejo de algunos de los efectos secundarios más graves.

(Fuente: SCIENTIFIC AMERICAN, artículo publicado el 01 de octubre 2015)

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