La estimulación temprana influye en el futuro del bebé

Muchos padres están encantados con que sus hijos aprendan idiomas, música u otros contenidos ya en la guarderia. Pero ¿Es realmente efectiva es una estimulación temprana tan precoz? ¿Qué dicen los expertos?

Un grupo de trabajo de la Academia Nacional de Ciencia alemana ha investigado la cuestión. Quince expertos en psicología, medicina, lingüística, biología, pedagogía, sociología y economía, algunos de ellos de reconocimiento internacional, han contribuido con conocimientos novedosos en sus ámbitos. En 2014 publicaron su postura sobre la socialización en la primera infancia. Los científicos subrayan, una vez más, la trascendencia de las experiencias tempranas para la vida. Es cierto que los factores hereditarios cumplen una importante función en lo que a inteligencia se refiere. Sin embargo, la investigación también muestra que la expresión de los genes viene influida en gran medida por el entorno, es decir, por las condiciones vitales del niño. Depende sobre todo del apoyo que el niño recibe durante los primeros años para que aproveche sus posibilidades al máximo.

Pero ¿por qué es necesaria una estimulación tan temprana? ¿No basta con los años de escolarización? Los investigadores remiten a fases sensibles durante la primera infancia, en las que se adquieren distintas competencias sin apenas esfuerzo. Algunas capacidades básicas solo se desarrollan en períodos de tiempo muy concretos; más adelante difícilmente se recuperan, o solo lo hacen de manera deficitaria. Existe una extensa documentación que respalda estos «períodos críticos» en relación a la formación del sentido de la vista y de la audición durante el primer y segundo año del bebé.

Científicos canadienses examinaron niños que nacieron casi ciegos a causa de unas cataratas. Aunque a los pocos meses de nacer se les operó con éxito para solventar los problemas de visión, más adelante manifestaron dificultades para distinguir las caras. Tal y como constató la neuropsicóloga Brigitte Röder, de la Universidad de Hamburgo, junto con su equipo, ese déficit temprano evita que se establezcan importantes conexiones neuronales del sistema visual del cerebro, un proceso que, al parecer, no puede recuperarse más tarde.

También se discute sobre la existencia de un período determinado de la infancia para el desarrollo del lenguaje. Inmediatamente después del nacimiento, los bebés prestan más atención a la parte más acentuada de una frase o término según el patrón del lenguaje de los padres. En alemán, por ejemplo, se trata siempre de la primera sílaba de una palabra; en francés, por el contrario, sobre todo es la última sílaba de la palabra o incluso de la frase. De este modo, a los seis meses, pueden distinguir ambos idiomas. Con el tiempo, la red neuronal se construye de modo que procesa a la perfección el idioma que se usa a diario. Para ello, por un lado desarrolla nuevas conexiones entre las áreas cerebrales implicadas; por otro, se pierden las que no se usan.

 (Fuente: INVESTIGACION Y CIENCIA, artículo publicado en septiembre-octubre 2015)

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